Monitores ultrapanorámicos y curvos: ¿qué debes considerar antes de integrarlos a tu espacio de trabajo?
September 29, 2025
El diseño de los espacios de trabajo evoluciona junto con las tecnologías que usamos día a día. Uno de los cambios más visibles es el tamaño y formato de las pantallas: los monitores ultrapanorámicos y curvos han ganado popularidad por su impacto visual y funcional. Pero ¿realmente son la mejor opción para todos los entornos? ¿Qué se debe tener en cuenta desde una perspectiva ergonómica antes de incorporarlos?
¿Por qué elegir un monitor ultrapanorámico o curvo?
Estos formatos no solo son llamativos: ofrecen ventajas concretas como un mayor campo visual sin necesidad de múltiples pantallas, menos interrupciones por bordes de bisel y una experiencia más inmersiva. En sectores como análisis de datos, diseño gráfico, producción audiovisual o trading financiero, pueden mejorar la eficiencia al facilitar el monitoreo simultáneo de múltiples aplicaciones.
El lado menos visible: retos ergonómicos y de integración
Aunque la pantalla en sí puede parecer una mejora evidente, su tamaño y forma imponen nuevos desafíos para el confort físico y visual del usuario:
• Campo visual y postura: Un monitor demasiado ancho o curvo obliga a girar constantemente el cuello o mover los ojos de forma excesiva. Esto puede provocar fatiga visual y tensiones musculares si no se ajusta correctamente la posición.
• Profundidad del escritorio: Muchos escritorios estándar no cuentan con la profundidad suficiente para colocar estos monitores a una distancia adecuada. Lo ideal es mantener una distancia que permita ver toda la pantalla sin esfuerzo ni movimiento constante de cabeza.
• Altura y ángulo de visión: Estos monitores tienden a ser más bajos o altos en los bordes, por lo que ajustar la altura y el ángulo es clave para evitar posturas forzadas. La parte superior del monitor debe quedar a la altura de los ojos o ligeramente por debajo.
• Reflejos y curvatura: En espacios con iluminación intensa o múltiples fuentes de luz, la curvatura puede amplificar los reflejos, afectando la visibilidad. Es recomendable controlar la iluminación ambiental o contar con filtros antirreflejo.
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¿Qué rol juegan los brazos para monitor?
Aunque no es el único factor a considerar, los brazos ergonómicos
son aliados importantes cuando se trata de monitores de gran tamaño:
• Permiten mayor profundidad de escritorio al liberar el espacio ocupado por la base del monitor. • Facilitan el ajuste milimétrico de altura, distancia y ángulo, algo crítico con pantallas tan amplias. • Mejoran la organización del espacio al mantener la superficie libre de cables y soportes voluminosos.
Eso sí, no todos los brazos están diseñados para soportar monitores curvos o ultrapanorámicos. Es clave verificar que soporten el peso y las dimensiones del equipo, y que permitan movimientos suaves y estables.
Recomendaciones prácticas
Antes de integrar un monitor ultrapanorámico o curvo, considera lo siguiente:
• Evalúa el tipo de trabajo que realizas: ¿realmente necesitas ese formato o es más estético que funcional? • Revisa las dimensiones de tu escritorio: ¿hay suficiente profundidad para una distancia visual saludable? • Cuida la iluminación: evita reflejos molestos que puedan acentuarse con la curvatura. • Considera un brazo ergonómico compatible que te permita ajustar posición, altura y ángulo con precisión.
• Si compartes estación de trabajo (hot desking), asegúrate de que el sistema permita ajustes fáciles para distintas personas.
Un monitor curvo o ultrapanorámico puede ser una excelente herramienta de productividad… siempre que se integre con una mirada ergonómica y adaptada al entorno. La clave no está solo en la pantalla, sino en cómo la usas y configuras tu espacio para que tu cuerpo también agradezca la innovación.